“Vínculos Frágiles” Entendiendo la Dependencia Emocional

En el mundo las dinámicas sociales, laborales, familiares siguen siendo relevantes en el
desarrollo y desempeño de un ser humano; sin embargo, en los últimos años los
vínculos afectivos que se forman en una relación de pareja, son cada vez más
destacables e influenciables en el estado emocional de las personas; es así, como
surgen dificultades que empiezan a ser complejas de tolerar, afrontar y experimentar,
una de estas es la “dependencia emocional”. La cual es concebida como una necesidad
emocional insatisfecha, en la que se busca cubrir ausencias y vacíos emocionales con la
presencia de otra persona, llegando al punto de desarrollar disfunción en su propio
comportamiento (Urbiola et at., 2017). La dependencia emocional juega un rol cada vez
más visible en las interacciones de pareja; destacando que esta también puede darse
con familiares, amigos, compañeros, entre otros.

Laura Vargas Psicóloga Clínica

Cabe mencionar, que aproximadamente, el 30% de la población adulta ha experimentado síntomas de dependencia emocional en algún momento de sus vidas (Schilling et al., 2019). Por lo tanto, es necesario mencionar que una de las características más preponderantes es
que las personas que experimentan dependencias emocionales, tienden a complacer a otros para sentir que cuentan con apoyo, protección, afecto y atención (Bornstein, 1992). Por lo general, el dependiente emocional vive el amor como dolor y los momentos de placer generalmente terminan en disgusto; a lo anterior se suma, su escasa estima, olvidándose de su ser, lo que puede producir que una ruptura de la relación, pueda ser mucho más fuerte que para el resto de las personas, produciendo ansiedad, depresión, deterioro del autoestima, relaciones abusivas y otras afectaciones que impliquen su estado emocional y comportamental (Rodríguez de medina, 2013).

dependencia emocional

A pesar del profundo dolor que viven las personas por el maltrato, estas llegan a manifestar
comportamientos en los que sostienen la necesidad de continuar con la pareja que les
humilla, maltrata, física y psicológicamente, intentando retomar la relación terminada o
persistiendo en comenzar una nueva interacción en la que desafortunadamente, se siguen
los mismos patrones (Momeñe et al., 2017), al final termina volviéndose un círculo vicioso en
el que parece difícil escapar, pero donde las posibilidades están y son visibles para tomar
opciones que permitan volver a encontrar el valor propio, a partir de reconocer y satisfacer
las propias necesidades, dejando de lado la aparente necesidad de validación externa.
Ahora bien, el común denominador se pregunta, los motivos que conllevan a vincularse a otras
personas pasando por encima de sí mismos, perdiendo el control de su actuar, y de su propio
valor. En primera instancia, es multicausal, son varios los factores que intervienen en ello, uno de
estos hace alusión a la carencias afectivas que se presentan desde la primera infancia, pues
propician afectaciones en la construcción de sus autoesquemas, y en la interacción emocional
(Castelló, 2005; Jaramillo y Lemos, 2009); esas primeras experiencias que el infante vivencia moldean la forma en que se relacionara en la adultez, si estas son atemorizantes e inseguras, repercutirá en un apego inseguro, evitativo o ansioso en las interacciones que se desencadenan durante la
etapa adulta (Bowlby, 1969), también se atribuye a las pocas habilidades para regular emociones y baja autoestima (Lemieux et al., 2016).

Finalmente, es claro que la dependencia emocional puede ser incapacitante, impidiendo tener calidad de vida; así que, si actualmente se está transitando por la vivencia de camino, lo primero es pedir ayuda, empezar a reconocerlo para trabajar en estos patrones de comportamiento; para ello, se empieza con un trabajo personal, en el que se requiere de aprender a estar consigo mismo, respetarse, encontrar el valor propio, lo cual se puede conseguir un tratamiento terapéutico, en el que se llevará a construir relaciones auténticas, equilibradas, enfocadas en desarrollo de autonomía personal y fortalecimiento del autoestima.

Referencias

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss: Attachment. Vol. 1. New York: Basic Books.
Bornstein, R. F. (1992). The dependent personality: Developmental, social, and clinical perspectives.
Psychological Bulletin, 112(1), 3.

Castelló, J. (2005). Dependencia emocional: características y tratamiento. Madrid: Alianza
Jaramillo, C. J. y Lemos, M. L (2009). Esquemas desadaptativos tempranos en estudiantes universitarios con
dependencia emocional. Acta Colombiana de Psicología, 12 (2), 77-83.
http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0123-91552009000200008&script=sci_arttext

Lemieux, R. E., Lajoie, S., & Trainor, N. (2016). Emotional Dependency in Intimate Relationships: Personality
Correlates and Clinical Implications. Canadian Journal of Behavioural Science, 48(3), 233-242.
https://www.researchgate.net/profile/Janire-Momene/publication/317023470_El_papel_predictor_del_abuso_p
sicologico_y_la_regulacion_emocional_en_la_dependencia_emocional/links/5ddcf2a6458515dc2f4e056f/El-pa
pel-predictor-del-abuso-psicologico-y-la-regulacion-emocional-en-la-dependencia-emocional.pdf?_sg%5B0
%5D=started_experiment_milestone&origin=journalDetail&_rtd=e30%3D

Momeñe, J., Jáuregu, P., & Estévez, A. (2017). El papel predictor del abuso psicológico y la regulación
emocional en la dependencia emocional. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 25(1).

Rodríguez de Medina Quevedo, I. (2013). La dependencia emocional en las relaciones interpersonales.
https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/27754/ReiDoCrea-Vol.2-Art.19-Rodriguez.pdf?sequence=1&isAllo
wed=y

Schilling, E. A., Aseltine Jr, R. H., & Gore, S. (2019). Adverse childhood experiences and mental health in young
adults: a longitudinal survey. BMC Public Health, 19(1), 660.

Urbiola, I., Estévez, A., Iruarrizaga, I., & Jauregui, P. (2017). Dependencia emocional en jóvenes: relación con la
sintomatología ansiosa y depresiva, autoestima y diferencias de género. Ansiedad y estrés, 23(1), 6-11.

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